Tenía 18 años, final
del año de mi 4 año de secundaria. Ya mi madre y padre sabían de mi embarazo,
al igual que vos y tu familia.
Mi madre no aceptaba
que su hija, la misma que tenía que mostrarse al mundo con la mejor, la
involuta; le había fallado. Por lo tanto solo había 2 soluciones: aborto o ser
el hazme reír y marginado por el mundo.
La segunda opción para
mi madre y parientes, no era aceptada. A pesar de tener 18 años, en esa época
todavía no éramos libres para decidir por nuestra propia cuenta, a no ser que
nos fuéramos de nuestra casa.
Así que la solución era la primer opción… aborto. Otra de las cosas en esa
época tampoco era legal, por lo tanto debías recorrer los lugares más lúgubres
y lleno de karma para que terminen tu embarazo.
Recorrimos muchos
lugares, algunos llenos de personas esperando ser atendidos y otros digamos
mejor instalados, pero muy caros, para nuestro presupuesto.
En ese recorrido solo
2 personas le dijeron a mi madre que lo harían siempre y cuando firmara un
papel- Papel que nunca supe de qué se trataba, solo sé que mi madre me dijo
- Vamos tengo otra
dirección para ver
Ya habíamos pasado por
5 lugares, hasta que llegamos al otro lado de la ciudad de Córdoba. Era un
edificio o monoblock como se lo conocen en algunos lugares. Subimos las
escaleras… no recuerdo que piso era, pero creo que era 4 piso.
Tocamos a la puerta
del lugar y un señor con guardapolvo blanco nos atendió. Era alto, mayor, por
lo menos mas grande que mi madre parecía. Muy parecido a mi abuelo, solo
recuerdo que ni bien abrió la perta, le sonreí, cosa que no hice con todos los
lugares anteriores.
Esta persona, la
saludo a mi madre con apretón de mano y luego a mi me hizo entrar al lugar,
pero me abrazó, tan fuerte que me hizo llorar.
A mi madre la hizo
sentar en el sillón que tenía y a mí en un banco alto. Se paró a mi lado, con
brazo me tomó de los hombros y con la otra mano sobre mi panza, la habló a mi
madre.
- Señora, no se puede
hacer un aborto a su hija y en ningún lado se lo harán
- NO puede ser, yo he
tenido aborto hasta de 5 meses de embarazo, así que ella también lo puede
hacer.
- Pero señora… ¿no ve
que su hija ama a ese niño?
- No, ella solo está
enamorada, no sabe lo que es tener un hijo
- Señora, su hija ama
a ese niño y nadie que sea de nuestro medio le hará un aborto, solo mírela como
llora y cuando le coloco la mano en la panza ella hunde su estómago, para
defender a su niño.
Luego ese abuelo me
hizo salir del consultorio y se quedó con mi madre adentro hablando. No sé cuánto
tiempo, solo sé que era verdad.
Yo amaba y amo a mi
hijo, solo quería tenerlo, era lo único que me quedaba de ese amor.
Luego mi madre salió
del consultorio, llorando y no me habló en todo el viaje de regreso a casa. esa
noche en la cena, nos mandó al dormitorio a mi hermana y a mí, para quedarse
hablando con mi padre en la cocina en la sobremesa.
Recuerdo que mi madre
solo le contó lo del último médico
- Pero Isis, podemos
ver en otros lados
- Recorrimos varios
lugares y éste último médico me explicó cuáles serían las consecuencias físicas
y psicológica que le causaríamos si termina en uno de esos lugares que solo le
importa la plata.
Después de esa
conversación, no tocaron más el tema del aborto, pero mi padre por 3 meses no
me dirigió ni una palabra.
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