Amaneceres "La noche que corrimos"


Esa noche, como todos los fin de semana, cobraste tu salario semanal y saliste a festejar. Una rutina que nunca cambiaba los viernes, sabado y domingo.

La mesa servida, esperando con los niños, no llegabas, así que comenzamos a cenar. Nos fuimos a dormir y a las 2 de la madrugada llegaste.

Entraste y te sentaste en la cocina, desde allí comenzaste a llamarme a los gritos, como siempre. Los chicos sabían que cuando venías con ese humor ellos debian ser estátuas, porque caso contrario las ligaban también.

Desde sus camas escuchan los gritos, los maltratos.y habían entre cerrado la puerta, por el miedo que tenían y porque ya no querían ver más toda esa violencia que constantemente se repetía, una y otra vez, los viernes, sabado y domingo.

En un momento de locura, tomaste la cuchilla de la carnicería, claro, porque ahí en esa casa teníamos carnicería, la misma la atendía yo de día y la tardecita vos.

En mi desesperación, porque conociéndote, corri a defenderme al baño, intenté cerrar la puerta, pero vos en fuerza me ganabas. Así que terminaste entrando y tomandome del cuello, pusiste la cuchilla en mi garganta.

Mi hijo de 10 años en ese momento desde la cama vió como tenía, saltó de ella y corrió a treparse a tu cuello, para tratar de salvarme. fueron gritos, desesperación y como madre, el peor terror que me corría, el saber que mi hijo podía perde su vida, porque tus agresiones eran descontroladas, a este nivel de alcohol y locura que te poseía.

Entre forcejeos, mi hijo logró quitarte la cuchilla y salió corriendo al patio. La revoleó lo mas lejos que pudo y entró de nuevo para seguir defendiéndome.

Yo seguía en la lucha con vos y tratando de calmarte, para luego llevarte a la cama a dormir, como hacíamos siempre. Pero en ese momento, corriste a la caja de herramientas y tomaste un destornillador.

A los empujones entraste a la habitación e intestaste matar a nuestra hija que tenía 8 años en esos momentos. Me puse frente tuyo, para que en tus intentos de amagues, llegado el caso me lo clavases a mi. Mientras yo hacía esto, mis dos hijos mas pequeños - la nena de 8 y el nene de 6 salían por la parte de los pies de la cucheta en donde dormían y con su hermano, corrieron a la cocina... Eso fué lo que le pude gritar 

- Corran, salgan de la casa... No se queden adentro.

Ellos me esperaban abrazos en la puerta de entrada, mirando para adentro y llorando. 

En un momento, no me acuerdo como fue, solo recuerdo que pude manotear la puerta de la habitación y te encerré.

En ese momento, mientras vos desde adentro forcejeabas para abrir yo la había trabado para que no pudieras salir... Mi hijo vuelve y me dice:

- Ma! vámonos. corramos.

- Vic, anda a lo del remis y pedile ayuda.

Era un vecino que hacía remis en el medio del campo, ya que él poseía auto. así que se llegó hasta el frente de la casa y se subió a los chichos, yo en la corrida tomé la TV y la cargue en el asiento del acompañante del conductor.

Subí y salimos a todo lo que dá, porque vos ya te habías zafado de la puerta cerrada que te dejé.

Este vecino, ya sabía nuestro recorrido, porque fueron muchas las veces que nos tuvo que llevar y en otras le confía a mis 3 hijos para que los salve... nuestro refugio en esos momentos era la casa en donde vivían mis padres y mi hijo mayor.



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