Pensamientos

 


Cada noche que cae en mi universo, siento que me pierdo, porque tus brazos ya no están para sostenerme. Porque tu boca no está más para besarme y hablar palabras de amor.

El latido de tu corazón no lo podré oír más, porque no tendré tu pecho para descansar.

 Muchas veces, fuimos y venimos o quizás debería decir: fuiste y viniste. Hubieron momentos en que me sentía feliz y por eso aceptaba tu regreso, pensaba que de esa manera algún día decidirías quedarte y no partir más.

En otros momentos, el odio o el rencor; no sé cómo llamarlo me invadía cuando venías. Porque en mi balanza pesaba más las ausencias que las presencias que me entregabas. Cuando estos sentimientos me invadían, proveniente del cerebro; con su voz fuerte y potente salía el corazón diciendo


- Es tu amor.

 He querido renunciar a la vida, pero mirando a nuestro hijo, renacía.

 En estos momentos cada vez que te hablo con el pensamiento, mi corazón punza el pecho. Me quedo sin aliento, y mis ojos solo te buscan; pero no te encuentro.

 Tirada en la cama, recuerdo esas noches en donde me amabas; pero al poco tiempo, el frío me invade aunque arda de calor. Es justo en ese momento cuando me digo:

- Mónica! ¿Cuándo vas a entender que este amor es de ida y vuelta?, pero nunca con una parada definitiva. ¿Cuándo comprenderás que las palabras bonitas no mantenidas se esfuman? al igual que el humo del cigarrillo que fumas.

A veces la semejanza es lo mismo que la diferencia, el tema está en descubrir las diferencias para que las semejanzas crezcan y de esta manera las diferencias desaparezcan. Una gran distancia nos separa, pero mucho más nos separa el miedo a estar cerca y entregarse al amar. Porque amar es comprender al otro a pesar de ser diferentes, es aceptar los errores de uno y del otro, para corregirlos.

Hoy puedo decir que este amor pasó a ser una enfermedad, porque te busco en los diarios, en las redes sociales, en las películas, en las series que miro, te busco en la calle, en los ojos de todos aquellos con quien hablo… te busco desesperada, pero más de una vez solo, para saber de vos, aunque no te quedes.

 Me siento a la mesa con mi amiga la soledad, y en nuestra conversación aparece los mismo que en la canción: “amiga como hago para retenerlo”, y ella muy aplicada me responde

 - Nada… ya hiciste todo lo que puedes, ahora solo queda esperar a que regrese.

 Esta respuesta constante, me pone más loca. Loca sin esperanzas, loca sin darme cuenta que el tiempo pasa. El reloj de la pared, se paró ¿será porque el tiempo terminó? o será porque me olvido de darle cuerda para que viva por más que duela.

 Me vuelvo a servir otro té, y en la mesa ahora se encuentra el señor porqué… a usted que siempre saca las dudas, le pregunto

- ¿Por qué no se queda? ¿Por qué duele tanto la espera?

 - tú sabes la respuesta, solo esperas que yo te la confirme para sentir que estas equivocada o que ya no hay nada.

 Me tomo la cabeza y sigo con soledad a mi izquierda y el por qué a la derecha, pero el único que tiene la respuesta es el corazón que cuando siente que lo nombro, se pone feliz, pero cuando siente que lo busco no deja de doler.

 ¿Qué estoy haciendo mal? no hay mantras metafísicos u oraciones religiosas, que den la solución. Una lucha constante hay entre el corazón y la mente. Déjalo, no esperes… Amalo y déjalo libre para que regrese… mentira, son todas mentiras las que dijo. ¿Estas segura que son mentiras o es el juicio del ego que atosiga? y así una y otra vez. Se contestan uno al otro, no termina de decir una oración uno de ellos que el soltó salta en el momento.

 Ya no puedo más, esta lucha ha de acabar. Para ello solo debo decir

 - Por más que vallas y vengas, mi amor siempre estará. Pero ten cuidado! porque llegará el día en que no me encuentres, porque ya me he marchado.


Autora Monica Fragapane

13/01/2023

Comentarios