Un día más, un día en el
cual la noche la he dormido durante 2 hs… el insomnio se apoderó de mí.
A pesar de que sabía que
debía acostarme temprano; porque me hijo me traería a mi nieto para cuidarlo,
NO pude; porque el insomnio ya era dueño de mi.
A las 7 de la mañana
llega Bruno – mi nieto-un santo, durmió
toda la mañana. Es como que él sabe que cuando viene a la casa de la abu Mony,
todo es tranquilidad. Cuando se despierta, se pone a jugar con sus pies y le
habla a las paletas del ventilador del techo. Con tan solo 3 meses, ya sabe
cómo comportarse.
Yo sentada a la par de
la cama, comenzamos nuestros diálogos. Claro en su idioma y yo en el mío. Pero
por lo visto nos entendemos porque por momentos tanto Brunito como yo nos
reímos, de lo que decimos.
Pero, esto era una de
las caras de la moneda, porque por el otro lado; había un volcán a punto de explotar.
Ese día a las 19 hs
tenía un evento. Lo destacado del evento, es que fui invitada como oradora y de
paso sacar dudas sobre el tema que me tocaría hablar.
Durante toda la semana,
me ocupé de ver entre los conocidos, quien me acompañaba. La primera que
pregunté fue a mi hija
- No puedo má!, es el cumple de mi cuñada y tengo que estar.
Después le pregunte a mi
consuegra, Gaby
- Te aviso Mony, si
puedo; porque tengo que trabajar y no sé si me dan los tiempos.
A mi hijo mayor no le
podía pedir, porque estaba de vacaciones. A mi hijo mas chico, es al que
siempre le pido todo lo que necesito; pero sabía que era el día de compartir
con su hijo, por lo tanto no lo podía molestar. Mi otro hijo, estaba en el
camión trabajando, como siempre a miles de km, y está bien, porque es su
trabajo y no está estos tiempos para perder oportunidades.
Y así comenzó esta
historia del día 11 de febrero del 2023, lo demás lo tienes en el vídeo.
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