Proyectos

Ayer en una charla por whatsApp, una amiga me dijo

- No me acuerdo de los proyectos que hicimos, solo los títulos de ellos.

En ese momento entendía algo, el alzahimer no solo lo tienen aquellos como enfermedad tal, también los sanos lo tienen.

¿A que me refiero?

Cuando nos enamoramos por primera vez, recordamos esa mirada, esa sonrisa, esas palabras que ahora nos parecen sin sentido, pero que a su vez no hace acelerar el corazón porque recuerda lo mismo que sintió en ese momento. Recordamos ese beso que tanto deseamos y se nos fue dado, recordamos cuando nos tomó de la mano y sentimos ese calor que termina fundiéndonos.

Eso mismo siento en cada proyecto que creo, siento como voy engendrando un hijo dentro mío, voy viendo como crece y como me comunico aunque todavía no lo tengo en mis brazos, pero al acariciar la panza siento como me responde. Eso mismo es cada uno de mis proyectos.

Me dirán 

- Pero ¿si no llega a nacer?

yo les respondería

- Pregunten a una madre que haya perdido embarazos o hijos, si en algún momento olvidó esos sentimientos y esos proyectos que tenía con un nuevo ser.

Los proyectos no son seres.

Error! Error! Error!

Los proyectos tienen vida, porque así como en un embrión come y se oxigena de la madre desde dentro su cueva en el útero, lo mismo sucede con un proyecto.

- Entonces, ¿con cada proyecto sientes lo mismo?

Reitero lo siguiente

- Pregunten a una madre/padre ¿si por cada hijo que ha nacido o no, han sentido lo mismo? 

Como todo padre/madre, siempre seguiré haciendo proyectos y algunos saldrán a la luz y otros no; pero nunca permitiré o aceptaré que otros secuestren proyectos agenos y los tomen como propios.

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