El Primer encuentro


Un 27 de noviembre viajando por internet en una página de encuentros, te encontré o nos encontramos. Palabras que van y palabras que invitan, nos quedamos de encontrar en la plaza del mercado a las 18hs, cuando mis hijos salían de la escuela y de paso se quedarían un rato en la plaza jugando.

Para que me reconozcas, yo llevaría un broche en el pelo grandote, sosteniendo mi rodete.

Ya sentada en la parecita de la fuente esperando tu llegada, de pronto alguien se me acercó desde atrás y me dijo al oído:

- Hola Mónica. 

Una voz suave y llena de miel, me di vuelta y sus ojos color caramelo, me miraban fijamente. Se sentó a mi lado y lo único que hicimos por un largo tiempo, fue mirarnos solamente a los ojos.

Después, se acercó mi hija, preguntando 

- ¿quién es?

Él le acarició la cabeza y le dijo:

- Un amigo de tu mamá.

A la distancia mis otros dos hijos, miraban sin decir nada, mientras seguían jugando en las pasarelas de mano.

Nuestra charla, era como que no tenía sentido, porque ambos no sabíamos hasta donde llegar. Era la primera vez que nos encontrábamos frente a frente, después de un solo chat por internet.

Era hora de volver a casa, y nos acompañaste por 4 cuadras, allí en la parada del colectivo, me dijiste:

- ¿aceptarías salir con migo esta noche a tomar algo?...

- Bueno, ¿en dónde nos encontramos?

- En la Plaza San Martín en el banco de la parada de los 40

- Ok a las 21hs estaré ahí.

Me preparé, deje a mis hijos con mi mamá y salí al encuentro. Llegué primero, cosa que siempre me pasó lo mismo con cada una de las parejas o amigovios; siempre llegaba antes que ellos al lugar.

Sentada en el banco que dijimos, me puse a esperar, mirando siempre para todos lados y en cada colectivo que paraba a ver si bajaba. Así pasé una hora y algo esperando. 

Por dentro me dije: " no viene, en el encuentro hoy de la plaza no le guste"... una y otra frase parecida me repetía mientras miraba la hora por el celular. Remataba mis pensamiento diciéndome:
- espero un rato más, quizás le pasó algo.

Llegó el momento en que me paré y me dije, me voy, esto no va a funcionar. Parada en la espera de mi línea de colectivo para retornar a mi casa, alguien me tomó de la cintura por la espalda y me dijo:

- ¿te vas? ¿me abandonas?

Me reí, pero a su vez mi corazón latía a mil por horas. 

- Si, porque no me gustan que no cumplan con lo que prometen.

- Mirabas para todos lados pero nunca miraste a la fuente que estaba detrás tuyo, siempre estuve ahí. Te vi bajar, vi como mirabas el teléfono a cada rato; pero esperé a ver cuánto tiempo aguantabas esperar.

- No es justo!, si sabías que te estaba esperando, ¿porque no te acercaste?

- Porque nunca miraste a donde yo estaba, quería saber si realmente venías por mi y hasta donde eras capaz de esperarme.

Llegó el colectivo y cuando comienzo a caminar para subir - habían otros pasajeros delante mío- Él me toma de la mano y me saca de la fila rápidamente:

- ¿a dónde vas? te crees que te voy a dejar ir...

Luego caminamos por el centro, mientras nos contábamos de nuestras vidas, estudios, trabajos y en mi caso lo que hacía de mi vida habitualmente y como me manejaba con mis hijos cuando trabajaba.

Sentados en el banco de la Plaza San Martin, me pregunta:

- Sabes jugar al ajedrez

- Si, mi papá me enseñó

- Vamos a un bar que conozco y tiene mesas de ajedrez, damas y jugamos...

- Bueno vamos, el tema que el ajedrez me aburre y si las partidas se hacen largas, las termino ahí nomás dejándome perder.

- Ja ja ja... te vas a divertir, cualquier cosa jugamos a las damas o a otra cosa.

Llegamos al bar, yo no lo conocía, tenía en las paredes trofeos, discos, banderas de diferentes cuadros de futbol.

Nos sentamos en la mesa que daba estaba en la vidriera, y pidió un tablero de damas y 2 vasos de gaseosas; porque ni él ni yo bebiamos alcohol.

Comenzamos el juego, no gané ni uno. Me dijo:

- Sos muy mala para jugar...

- te dije que estos tipos de juegos me aburren, me gusta mas de pregunta y respuestas o cosas de resolver rápido.

- Bueno veamos si es así.

Llamó a la moza y le pidió un juego de preguntas y respuestas. Nos trajieron un libro de juegos de mentes. Acá le gané en todas o digamos casi todas.

- ha sos más de estudiar y teórico - me dijo

- Me gusta aprender y descubrir, por eso me aburren los juegos de mesa, porque siempre ya tienes estipulados los movimientos, no importa el nombre que tenga cada movimiento, y me gusta más descubrir, crear, etc.

- Bien ahora te conozco un poco más y entiendo porque siempre hablas de cuando fuiste maestra, porque querés que los niños descubran las cosas y no sepan de memoria.

- Correcto, es así.

- Bien me gusta.

Salimos del bar y me acompañó a la parada del colectivo y me preguntó

- Pasado mañana estoy libre, ¿te gustaría salir de nuevo con migo?

- Bueno ¿a que hora y en donde nos encontramos?

- Igual que hoy, en el mismo lugar de la plaza

- Ok, espero que esta vez no me hagas esperar

- Yo espero que vos mires para todos lados porque nunca se sabe por donde puedo llegar.

Nos despedimos y ahí fué el primer piquito que nos dimos. ese beso corto, con miedo pero a su vez se sintió con fuego.

Libro: Él la eligió

Autora: Mónica Fragapane

Imagenes: paisajes de un viaje

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