OBSTÁCULOS

La voluntad, las decisiones, distracciones, aspiraciones, conclusiones, juicios, objetivos, deseos, necesidades, proyectos, intenciones, creaciones, cálculos, resultados, soluciones…

La duda, la incertidumbre, la perplejidad, indecisión, escepticismo, desconfianza, la reserva, la prudencia, la reticencia, la incredulidad, suspicacia, reflexión, inquietud…

El miedo, la tensión, angustia, pavor, conmoción, fobias, temor, inquietud, ansiedad, desamparo, desasosiego, perdición, preocupación, tormento…

La voluntad de nuestro doble sólo se puede expresar si nosotros renunciamos a la nuestra. No olvidemos que cualquier pensamiento crea un futuro que nos atrae inmediatamente. Esta atracción es una energía.

De igual forma un intercambio con nuestro doble no es la consecuencia de bondad por su parte, sino de fuerzas antigravitacionales que nosotros debemos poner en marcha. Esta energía puede ser extraordinaria.

Ninguna enfermedad debería ser incurable, todo depende de nuestros futuros potenciales y de nuestros dobles. Si grandes o pequeños problemas nos permiten crear potenciales válidos, serán de utilidad. Una curación sólo es válida si nos permite construir un mejor futuro.

El cambio de nuestro pensamiento es más importante que el de nuestro cuerpo. Pedir a nuestro doble que nos resuelva el problema de la mejor manera posible.

Aquel que puede ver un futuro peligroso y suprimirlo, se vuelve un excelente terapeuta.

Hacedlo antes de dudar del resultado, veréis que la fuerza de vuestro doble no tiene límites (sólo las personas convencidas por esa otra parte de sí mismas son convincentes de forma natural).

Cada uno de nosotros es el jefe de nuestra orquesta del futuro. Estamos en la tierra para crear armonía entre nuestros músicos y no para modificar las partituras de nuestros dobles.

Podríamos pensar en que cuanto menos sabemos más nos podemos apoyar con toda confianza en nuestro doble.

Todos moriremos, pero sólo es nuestro doble quién puede decidir la fecha, es importante dejarle esta decisión, sobre todo cuando el cuerpo médico condena en nombre de las estadísticas. Una enfermedad grave es una buena campanada de alarma pues libera de pensamientos parásitos.

El único límite es el que nos imponemos nosotros mismos, sea porque nos confundimos de dirección o porque pensamos que somos demasiado débiles. El final actual de un ciclo solar y el de nuestro desdoblamiento depende de los límites que nos pongamos, ya que nos permite mover montañas.

Las sugerencias de nuestros dobles deberían guiarnos todo el tiempo, sino nos volveremos marionetas de aquéllos que fabrican nuestros futuros.

Nos hemos desdoblado para explorar un espacio peligroso que, poco a poco, en 180 años, cerraba sus 12 puertas planetarias, separando así durante 25.000 años, los 7 tiempos necesarios a la diferenciación vital del pasado, presente y futuro.

Desde entonces, separados del Creador -cuya existencia y unicidad son una obligación de espacio y tiempo- hemos construido futuros potenciales peligrosos que debemos suprimir.

Viviendo en colectividad, siempre somos responsables de las desgracias de aquéllos que actualizan esos potenciales para vivir o sobrevivir.

Nuestra encarnación en la tierra tiene como único objetivo permitir a nuestro “doble” arreglar los futuros que hemos perturbado. Le servimos de trampolín hacia el futuro que deberíamos construir según sus consejos. De esta manera el Apocalipsis volvería a encontrar su sentido etimológico de descubrimiento maravilloso de lo escondido. El planeta sólo actualizaría futuros buenos para todos.

Y recuerda, esto es fundamental: “No pienses en hacer al prójimo lo que no quisieras que él pensara en hacerte a ti”. Es la única manera de que todos nuestros futuros potenciales sean buenos y utilizables por la colectividad.

Es urgente dar marcha atrás antes de que el final de los tiempos haga incontrolables nuestras aperturas temporales, pues la puerta del futuro se abre antes que la del pasado.

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